domingo, 1 de mayo de 2011

POESIAS DE LA MADRE RIVADAVIENSE DE UN AMIGO DE PALMIRA


Mi amigo Mario Campanella vive en Palmira. Su madre vivió en la calle Vicuña Prado de la ciudad de Rivadavia, Mendoza. Ella falleció pero dejó escrito su amor en letras de poesía. Mario me contó que su madre siempre amó su ciudad natal, Rivadavia. Por ello, nos regala el amor de María Teresa Aguirre, su madre rivadaviense.
Gracias Mario.





ABUELA

Es como una cortina
que separa las vidas
por eso yo te busco
y no porque te hayas ido
te tendré en el olvido.
Yo conservo de ti
ese candor, dulzura
y toda la ternura
que en tus brazos sentí.
Eras como una ofrenda
que Dios puso en mi vida
porque faltaron cosas
que aún no las entiendo
porque se me negaron
o me fueron prohibidas.
Pero todo lo ausente,
se cubrió al tenerte.
Y hasta aquel patio pobre
de tierra y con parral
parecía enjoyado
cuando tu lo cruzabas
Abuela
engalanada con blanco delantal.

María Teresa Aguirre



LAZARO

¡Lázaro!
en cada alborada
los cardos del sendero
tuercen sus tallos, buscándote;
los viejos algarrobos se ahuecan más
para ofrecerte apoyo en tu ansiedad.
Ya no se quiebra el chañar
entre sus rudas manos;
y la vertiente envía en vano
sus gotas puras, esperándote.
¡Lázaro!
resuena y se pierde en un eco;
entre los montes nadie responde.
Y el alma del campo,
tu amigo de siempre,
te busca, te espera.
Es todo tu campo
que dice: "levántate y anda",
más la tierra tosca murmura:
¡ya es tiempo cumplido, Lázaro!



"...por qué fue así tu fin? No hallé
respuesta...
Te internaste en la ciénaga hasta que
las aguas cubrieron tu cuerpo.
Sólo quedaron de ti, tus relatos de
tus viajes a San Luis trayendo hacienda
a Rivadavia..."

María Teresa Aguirre

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