miércoles, 20 de febrero de 2013

"EL ALMA DE VENDIMIA": FABRICIO ALEJANDRO MARQUEZ GARCIA

 (Apuntes del escritor rivadaviense en la red social)
 

MIENTRAS FUIMOS HACIENDO “EL ALMA DE VENDIMIA”

A principios de este año fui convocado por la Dirección de Cultura, para formar parte del equipo encargado del espectáculo de la Fiesta Departamental de la Vendimia. Mi tarea era realizar las imágenes que ilustraran y acompañaran tanto al guión como a la puesta en escena.

Mi primer agradecimiento entonces es al Director de Cultura, Oscar Molina, y al subdirector, Gustavo Valverde, por confiar en mí para este desafío. Y al grupo de trabajo, encabezado por su directora Vanesa Díaz, Marilyn Puebla, autora del guión y Oscar Herrera, productor, que me recibieron muy bien y me hicieron sentir parte de inmediato.

Formamos un buen equipo, con Oscar Herrera en producción, Leandro Canuto en cámara, algunas veces su ayudante Lucas, y quién escribe en dirección, con el que salimos a realizar diversas tomas, desde documentales a pequeñas ficciones. Muy linda experiencia.

Leandro contaba con una cámara digital, que puso a mi disposición y con la cual fui tomando fotos, para reforzar el trabajo en vivo, para registrar el detrás de la escena y cosas que pudieran servir para la edición, que también tenía que realizar. Debido a la época del año no pudimos filmar gente cosechando. Y como suele suceder, la falencia se convirtió en fortaleza, porque las miradas de algunos artistas plásticos locales, completaron y enriquecieron nuestro trabajo.

Ellos son: Claudia Ahumada, Analía Bustos, Gladys Luna, Gustavo Parisi y Margarita Ramero. Un agradecimiento por su predisposición, siempre. Quiero darle las gracias también a: Carina Maranesi; Yemina Casanova; a los propietarios y empleados de Bodegas Lanzarini, representados en su enólogo, Fernando Lagos; Florencia Trevizan y Maria Soledad Rojo, reina y virreina departamental 2012; Sandra Cagnoni y José Soto; el maestro José Di Rino; Rubén Baltolina y Fanny Escalante, de la Vinoteca de Cuyo; Nicolás Molina, Luis Lucero, Emilce Farina, Franco Corts-Romeo, Verónica Gómez, mi amiga cordobesa y Sabino Sosa Marquez, mi sobrino puntano, porque colaboraron durante el rodaje y la edición, de distintas maneras y con la mejor predisposición.

Y a Pablo Chavez, Gustavo Lucero, Alfredo Gallardo Oviedo y Walter Vidal, porque siendo parte del equipo artístico y técnico, se corrieron de su función para colaborar también con nosotros.

La Fiesta Departamental se realizó el 27 de enero, en el predio del Festival, y el espectáculo se llamó “El Alma de Vendimia”. Una versión acotada en tiempo y artistas se presentó el 14 de febrero, representando a Rivadavia en la Vendimia Federal que organiza el Ministerio de Cultura de la provincia.

El video que pueden ver está compuesto por un puñado de esas fotos que fui tomando, intercaladas con una obra de cada artista plástico arriba mencionado. Algunas las usé en el video, otras las retoqué por gusto, otras son de registro documental. Por supuesto, en las que aparezco yo, esas no las saqué, pero vienen al caso. Son algunas de las historias que nos pasaron mientras fuimos haciendo El Alma de Vendimia.

ARBOLES RIVADAVIENSES: POLITICOS Y POLITICA AMBIENTAL

  
(Reproducción de nota publicada por la Agencia Regional de Noticias. Autor: Nazareno Panella)

De publicación en facebook a denuncia formal

Un vecino de Rivadavia denunció irregularidades en la tala de árboles ante Recursos Naturales.

A mediados de Enero reprodujimos en nuestra columna “Pescando en el face” la publicación de Carlos Dante Lucero, un comerciante de Rivadavia que puso en evidencia el pésimo trabajo que, según sus palabras, el Ingeniero Murua, empleado del municipio a “cargo” de Recursos Naturales en Rivadavia venía realizando. Esa primera publicación puede visitarse a través del siguiente link:

www.arndiario.com/notas/ver/id/10019/2013-01-29/Continuacutea+la+poleacutemica+por+los+plaacutetanos+en+Rivadavia

La fervientemente militancia a favor de la ecología que demostró en su publicación nos llevó a contactarnos personalmente con Lucero y lo que primero parecía inoperancia fue tomando otro rumbo.

Carlos Lucero decidió formalizar la denuncia en la sede que Recursos Naturales tiene en la Ciudad de San Martín y aún está a la espera de una respuesta. La misma espera que padeció en el Municipio y que lo llevó tomar la decisión de hacer la denuncia en Recursos.

En primer lugar, el ingeniero Murua no ocupa un cargo que lo acredite como responsable de Recursos Naturales en la Municipalidad de Rivadavia ya que tal cargo no existe, pero debido su profesión (es ingeniero agrónomo) es quien se encarga de la tala y relevamiento de árboles en el departamento.

Este empleado municipal trabaja en el área de Medio Ambiente que dirige Alberto Latino Saa. Lo curioso del caso es que si desde Rivadavia alguien llama a la Delegación de Recursos Naturales San Martín, cuyo número telefónico es 4420040 y expone que necesita tramitar la erradicación de un árbol o que quiere denunciar una poda fuera de época, la respuesta va a ser: Diríjase al Ingeniero Murua de la Municipalidad de Rivadavia

Evidentemente, hay algo que no cierra.

Lucero le contaba a ARN diario que posee una extensa cantidad de pruebas fotográficas que demuestran cómo se ha ido deteriorando el arbolado público en distintas partes del departamento y que en muchas ocasiones las razones para la tala son básicamente estéticas, por lo cual no tendrían que ser aprobadas.

Desde La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia han sido muy claros con este tema y el concepto que quieren imponer dice que toda modificación humana que se quiera hacer debe respetar el paisaje ya existente, es decir: si te molesta este árbol para hacer el puente de tu casa, construí el puente más allá, pero el árbol no lo toques…

Ese concepto no se respeta en lo más mínimo y desde Recursos Naturales delegación San Martín dejan la gran responsabilidad de autorizar la tala a una persona que ni siquiera es parte de la institución.

Cuando comencé a indagar en el manejo que hoy tiene todo esto, me dijeron que no siguiera porque se iba a destapar una olla muy grande, que detrás de la tala esta el negocio de la madera que involucra a funcionarios de varios Municipios, personal de Vialidad y de Recursos Naturales y que basta darse una vueltita por un callejón para ver cómo se incendian intencionalmente los bordos de los canales y zonas donde hay árboles sanos para después "declararlos" peligrosos y cortarlos.

Para todo aquel que quiera saberlo: La olla ya esta destapada y huele mal. Huele muy mal.

Continuará...

http://www.arndiario.com/notas/ver/id/10194/2013-02-20/Tala+indiscriminada+Las+imaacutegenes



 
 
 


 
 
 

 
 
 
 
 
 


 

miércoles, 13 de febrero de 2013

MARIO MÁTAR: MUSICO EXQUISITO DE MENDOZA

(Reproducción nota publicada el día Miércoles 13 de Febrero de 2013 en Revista Veintitrés)

 
 

Mendoza. Elogio a Mario Mátar, alma mater del rock nacional

El hacedor de lluvias

Por Carlos Córdova
 
Como Sandro y Los de Fuego, el “padre fundador” hizo sus primeras incursiones en la década del ’70. Y desde Mendoza hizo crecer un arte que traspasó fronteras.
 
Si el amor es la superior energía creadora, Mario es una persona con mucho amor. Un pibe cósmico que tiene y tuvo la superior misión de llevar a las azoteas y los techos y los ranchos, el sonido loco de su corazón. Y además, uno de los músicos más destacados en el interior de la República Argentina. A excepción de la vanidosa y pupera Buenos Aires, el resto del territorio lo reconoce. Su prestigio ha traspasado los límites del Desaguadero, extendiéndose como una brisa cálida, fresca y fundadora, llevando más allá el territorio, la esquina, el barrio, el barrilete.
Mario esta en el origen –como Sandro y Los de Fuego–, en la fundación de nuestro rock, es lo que se llama dentro de la filosofía de la calle: un padre fundador. Sus primeras incursiones son de la década del ’70 y aunque nació en Mendoza en los míticos ’60, fue diez años después que el Proyecto Rock se consolida.

Los años de aprendizaje habían pasado: The Raiders, The Roberts, Los Falcons, Prohibido Fijar Carteles, Los Sullivans, Los Carabels y el pibe de oro del rock mendocino: Billy Lee Hunt. También Los Bichos, Los Cuervos, Los Gatos, entre otros. Entonces fue así: ese bagaje, esa experiencia cultural desarrollada durante los ’60 y principios de los ’70 alcanza en algunos grupos de aquella época una plena cristalización, su momento de madurez, que es también su nacimiento y floración. Tecobe y Altablanca son dos de esos grupos. Altablanca es sin duda el grupo medular de la historia del rock mendocino. Un semillero increíble en donde se desarrollan varias de las experiencias más lúdicas de aquella época.

La época en que Altablanca desarrolla su obra es fuerte. Es una época de mentiras y de muertes solapadas. Hacer música en los ’70 no es tarea fácil, ir en cana después de un recital por tener el pelo largo –estilo marica– o remera floreada, ya es parte del folklore. No pasa nada, igual, es sólo la noche en una celda, los milicos que te putean, uno que te hace barrer el patio de la comisaría otro que te pega un coscorrazo. Mientras no pase de ahí, se van como la resaca o un mal sueño. Altablanca tuvo esa suerte de bendición o protección. En cambio, Billy Lee Hunt, el de los legendarios Carabels, es otra historia que contar, la de las 30.000 muertes solapadas.

Escuchemos al músico y periodista Erni Vidal hablar de Mario: “Técnica exquisita. Afinación Justa. Buen gusto adoptado a todos los tiempos en que le tocó desarrollarse. Si a eso le sumamos el duende que sobrevuela en cada una de sus composiciones y performances, como resultado tendremos uno de los mejores músicos que ha dado Mendoza. Y sin duda ya un ícono”.

“Mario nació en el 30 de septiembre del ’57 en San Rafael y se trasladó a los diez años junto a su familia a Mendoza. Ya en los inicios de los turbulentos ’70, cuando el rock mendocino en activo era aún incipiente, junto a un par de pioneros más –Sergio Bonelli y Jorge Benegas– se embarcó en darle forma a lo que luego se transformaría en todo un movimiento. Con identidad y cánones propios”.

Aunque cada recital de Altablanca tuvo su gustito particular para sus seguidores: uno de los más recordados fue aquel de 1979 junto al mítico León Gieco en Andes Talleres. En este increíble recital también se presenta: “Marciano y su grupo” que luego –a 2 centímetros– se convertirían en los ya legendarios Enanitos Verdes. ¡Había que subir al escenario ese día y tocar al lado de León Gieco en Andes Talleres! Era como si todo estuviese ya escrito en el cielo: León venia a presentar su cuatro discos, y esa mezcla reunió en un mismo recital al folk con el rock, y el instrumentalismo virtuoso de Altablanca.

La Turca Nalldi se plantaba como la mujer más sensual del planeta por aquellos años, cantando e interpretando las sinfonías de Altablanca. Tengo entre mis manos una foto publicada por el desaparecido Diario Mendoza donde se los ve reunidos cual Beatles cuyanos, sentados entre la profusa chipica y la arena. Otro recital es aquel de la bodega Arizu donde la gente gana la calle. También corre el año 1979, los Altablanca ya habían tocado en el Selectro y tenían un par de recitales en Buenos Aires con muy buena crítica para chapear. Fue en aquel recital de Arizu donde aparece por primera vez: la paloma blanca. Se trataba de una paloma gigante y blanca que aparecía en el fondo del escenario y en el afiche de promoción. Una obra expresiva, sutil, realizada por Javier Segura. Es que por aquel entonces el rock hacia su propia puesta en escena: nacía el diseñador-rock, el escenógrafo, el iluminador, el sonidista, el periodista crítico-rockero. Por aquellos años también hacía sus primeras experiencias como productor Oscar Sayavedra, quien luego se proyectó del barrio al mundo, con Soda Stereo, La Ley, Godwguana, entre otros.

Volvamos sobre el relato de Erni: “Y es en el interior del país –como les gusta llamarnos a los porteños– donde paralelamente y de la mano de otras notables propuestas se agitaba, ese ‘otro rock’, ya despojado del rock complaciente de la herencia beat de los Fab Four de Liverpool y sus manifestaciones en este rincón del planeta. Los Gatos y los Shakers en Buenos Aires y Montevideo o también Los Reed en Tucumán, Pablo el enterrador en Rosario, o los extraordinarios vecinos de San Juan: Pléyades. Una situación insólita, que una banda –Altablanca–, asemejándose en estilo y estructura, llegara a tener la calidad de ciertas bandas europeas algunas consagradas como: Premiata Forneria Marconi o Banco del Mutuo Socorro. La formación local ostentaba en sus recordadas presentaciones en vivo una personalidad propia. Contorneada por la herencia del rock y el blues que a esta altura copaba el gusto de los jóvenes progre a nivel mundial”.

Volando toneles. Dice un cronista de la época que aquella noche en Arizu, Mario conmovió con su obertura: “Los tres reinos”. La lista de temas era: “Adolescencia”, “Explicaciones de lo nuestro”, “Camino sin héroes”. Hay mucha inocencia y mucha ingenuidad en la obra de Altablanca. La inocencia del juego creativo y la ingenuidad de quien no alcanza a comprender el horror de la época en que vive.
Un recital en el cine de la Galería Tonsa, entre 1981 y 1982, fue de los últimos del grupo. Chau Altablanca. No sin antes recordar que fue junto a Trilogía y Leyenda, en 1979, en el Independencia, dedicado a Pompi Mansur, que Altablanca tuvo su recital cumbre.

Luego de pasar una temporada estudiando en Los Angeles y después de convertirse en el guitarrista de ese inmenso padre de la música popular argentina que fue el Tano Piero, Mario Mátar vuelve a Mendoza. Los días de la Roland son una experiencia profunda y “psicodélica”. Mario encontró en aquella guitarra hermosa y blanca una especie de cañón futurista que le permitía lanzar al cosmos pelotas de fuego-amor y creatividad. Pelotas que estallaban como huevos en el cielo y hacían llover, hacían caer relámpagos. Y así siguiendo a su corazón loco: el hacedor de lluvias, el pibe relámpago del desierto cuyano, ¡se perdió, se mezcló, se fusionó entre las líneas sensuales de aquella guitarra hermosa y endemoniada! Perdió su corazón como cuando un trueno o un relámpago estalla en la tierra y se pierde en el alma. Y es que una Roland –con buen costado– te puede comer el corazón en dos acordes. El modelo era G 707. El anecdotario dice que incluso el mítico Gustavo Cerati le consultó sobre el adecuado uso de esta guitarra.

En 1987 Mario hizo Aeropuerto de Pájaros, un trabajo que sin duda es hijo de la endemoniada guitarra blanca. En este proyecto Mario sufre una transmutación, un cambio de naturaleza, como si en el pasado Mario hubiese sido un pajarito cantador y entonces le hubiesen aparecido alas en el alma, plumas en el corazón. Estrechando vínculos, acercando barrios, él que llevaba el vuelo impreso en su corazón. Bien le podrían haber gritado: ¡Che Mario, aterrizá!

Los ochenta se están yendo y con ellos se van muchas cosas. Algo se está muriendo, en pocos años el formato carrete desaparecerá para pervivir como formato de culto. Pero no en la Mendoza de 1987, donde suena Aeropuerto de Pájaros. Por entonces sucedieron algunos hechos insólitos, como que una disquería y una heladería apostasen a la producción local. Así lo hizo Dimensión 33 y Dulio Soppelsa. De ahí la dedicatoria de Mario Mátar que dice: “Dedico este cassette a la lucha de los artistas mendocinos”.

Sigamos con Erni Vidal: “En los ’80 brilló con luz propia en la escena local: Raga. Con la mirada puesta en lo que hoy llamaríamos World Music y la exquisitez casi etérea de sus melodías y texturas. Todo esto sin contar sus discos solistas –seis al menos al día de hoy–. Salsa Blanca en los 90 y luego en el 2000 Neptuno Club y Zonda Proyect”.

Los sultanes del ritmo. Los Salsa Blanca fueron sin duda una experiencia singular, primero por la jerarquía de los integrantes pero también por el hecho insólito de plantar, de nacer, de sembrar el profuso y erótico lenguaje de la salsa en el desierto cuyano. Toda una contradicción en el territorio de las arenas. Quizá por eso uno de nuestros artistas mayores –Armando Tejada Gómez– se refirió a ellos diciendo: “Son la salsa de los blancos…” y luego remató escribiendo en aquella pared de la calle Lamadrid donde ensayaba el grupo: “La música: es algo más que tú mismo”.
La biografía de Salsa Blanca incluye una gira de varios meses por Italia y Europa. Allí estaba Fernando Ramírez con su extraordinario talento para cantar salsa. Ahora bien, el espíritu y el culo son dos cosas que sin duda les cuesta mover a los mendocinos, quizás estemos medio dormidos o quizá seamos así, medio pasmados. Posiblemente el mejor aporte, el aporte más honesto de Salsa Blanca a nuestra cultura haya sido en ese sentido.

Entre los muchos grupos en lo que ha participado Mario hay dos por los cuales tiene un cariño muy especial: Neptuno Club y Zonda Proyect. El primero fue una banda orientada al Acid Jazz y el segundo estuvo orientado a la música progresiva. Son dos grupos que le permitieron mostrar todo su virtuosismo. Es su momento de mayor madurez musical. En época de Altablanca no tenía plenamente desarrollado el genio que sí pudo mostrar junto a una troupe de músicos increíbles como los que había en estos dos grupos. Es en esta experiencia donde se encuentra el Mátar más profundo…

Opera Mágica y Arquitecturas Perversas fueron dos proyectos donde Mario aportó también su luz. La Ópera Mágica fue a finales de los ochenta y Arquitecturas Perversas en el 2004. En la ópera –proyecto de arte integrado– Mario despliega esa magia tan particular que lo ha catapultado como uno de los músicos más destacados en el interior del país, y en Arquitecturas Perversas –junto a una troupe de los más destacados artistas mendocinos– fue donde cristalizó aquel ideario de arte integrado, proyectado, dos décadas antes.

Concluye su relato el músico Erni Vidal: “…Una miríada de colaboraciones, proyectos junto a otros artistas, su participación en sesiones de grabación, trabajos en producción y edición… Y tanto más con lo que ha ayudado a muchos a llevar sus obras a buen puerto. Hoy es uno de los músicos más activos y ha sido reconocido por las autoridades de SADAIC y el gobierno provincial como un referente local, otorgándole una merecida pensión vitalicia y además la comuna de Godoy Cruz lo ha nombrado ciudadano ilustre”.

Las Vendimias, la deuda. Mario es uno de los directores o colaboradores más requeridos durante las fiestas vendimiales. Su presencia, su prestigio y su talento son muchas veces considerados una garantía. Pero la mayoría lo ignora aun cuando los pintores, los escritores, los músicos, los actores, los murgueros, los cineastas, todos le rinden tributo.
La historia de Mario es por tanto una historia pendiente para el Estado ya que ni siquiera una décima parte de su obra ha sido editada. Pasó la última edición del Mendo-rock, el escenario más importante del rock mendocino y cuyano, y tampoco hubo homenajes o recordatorios ni para Billy Lee Hunt, ni para Pompi Manssur ni Sergio Embrioni. No lo hubo tampoco para Mario Mátar ni el productor Oscar Sayavedra. Es como si el rock fuera sólo las bandas, o peor, sólo algunas bandas. No Laurita Araujo, que ya no está, o Fernando Bocha Monetti, que conduce la tarde rocanrolera; tampoco los cronistas que escribieron la historia rocanrolera de Mendoza, los poetas del rock, los fotógrafos-roqueros, los ingenieros de sonido…en fin. A ellos deberíamos dedicarles la frase que Tejada Gómez escribió en la calle La Madrid: “La música es algo más que tú mismo…"
 
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 Subido Canal Youtube Mario Mátar el 23/04/2011
AVE DE PLATA-MARIO MÁTAR
WALTER CASCIANI=SAXOS
SUSANA NALLDI=VOZ
 

jueves, 7 de febrero de 2013

BARRIO LENCINAS, LOS CAMPAMENTOS: RESEÑA HISTORICA

(Reproducciòn del autor Raùl Godoy -canalYouTube-)