domingo, 26 de octubre de 2014

CAROLINA LUQUEZ Y EL BOTULISMO: BIOLOGA RIVADAVIENSE EN ATLANTA

(Reproducción de diario Los Andes. Autor: Federico Fayad)

La bióloga que investiga posibles brotes de botulismo en EE.UU.

Hace 8 años se fue a vivir a Atlanta con su esposo y sus dos hijos. Oriunda de Rivadavia, en su laboratorio recibe muestras de pacientes de todo el mundo.                 

 
imagenCuando uno se lo propone, la realidad es la que uno elige. Bien lo sabe la mendocina Carolina Lúquez, que junto a su esposo Diego siempre soñó con trabajar en el extranjero, poniendo en práctica lo aprendido en nuestro país. 

La historia profesional de Carolina comienza en 1999, cuando se recibió de microbióloga en la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba. En esa misma facultad hizo su doctorado en Ciencias Biológicas y se recibió en 2006.

“Uno de nuestros sueños era vivir aunque sea por unos años en algún país del exterior, para capacitarnos, aprender otro idioma, conocer lugares nuevos, nuevas costumbres.
Cuando salió la posibilidad de hacer un posdoctorado en el exterior, la opción que más nos interesó fue la de venir a Atlanta y cuando se concretó dejamos todo lo lindo que teníamos, y nos vinimos los cuatro para vivir esta nueva experiencia”, dice la mamá de Matías (14) y Luna (10).

Una vez en EEUU, donde ya hace 8 años que tiene residencia la familia, le ofrecieron una beca en el Laboratorio Nacional de Referencia de Botulismo, en los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por las siglas en inglés, es el instituto nacional de salud pública de Estados Unidos, una agencia federal que depende del Departamento de Salud).

“Luego me ofrecieron quedarme como empleada permanente de CDC y a partir de octubre de 2007 comencé con la nueva función de ser la jefa de la Unidad de Investigaciones de Brotes de Botulismo. En este laboratorio lo que hacemos principalmente es analizar muestras de pacientes que se sospecha tienen botulismo”, describe la especialista.

Por ello, informa que recibe muestras de pacientes de todo el país, pero también provenientes del extranjero. “Es -cuenta- un análisis muy específico y no hay muchos laboratorios que lo hagan”.
Su tarea diaria consiste en decidir qué muestras y qué tipo de análisis tienen que hacer cuando llegan nuevos casos, supervisar personal y asegurar que el laboratorio funcione correctamente y de acuerdo a las regulaciones federales.

“También les explico a los hospitales y laboratorios cómo tomar muestras. Y una vez que tenemos resultados si es necesario les indico a los médicos y epidemiólogos qué significan esos resultados.
Como mi laboratorio es centro de referencia, también probamos nuevos métodos de diagnóstico, ofrecemos talleres y entrenamiento a otros laboratorios de EEUU e internacionales”, detalla Carolina.

Los amigos argentinos

 En nuestra provincia vivían a una cuadra de la plaza Independencia y después se mudaron a la Sexta Sección. “Yo trabajaba en escuelas dando clases de Biología y en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo. Ahí hice mi tesis de doctorado, también en botulismo, en el laboratorio del doctor Fernández.

En Argentina solo hay dos laboratorios que hacen diagnóstico de botulismo: el de Mendoza y otro en el Instituto Malbrán en Buenos Aires”, relata.

Aquí trabajó desde 2000 hasta 2006 y desde que se fue al CDC ha seguido colaborando en proyectos y publicado varios trabajos en conjunto. “Es más, en este momento hay una bioquímica que trabaja en ese laboratorio que vino a hacer una pasantía de 3 meses”, agrega la joven bióloga.

Carolina explica que la mayor parte de su familia y amigos viven en Rivadavia, San Martín y Junín, así que por lo general sus fines de semana los pasaba en el Este.

"Acá en Atlanta seguimos haciendo mucha actividad al aire libre, como nos gustaba hacer en Mendoza. También ir a pasear, conocer lugares nuevos, ir a parques, lagos y playas.
Hemos tenido la gran suerte que todos los años desde que vivimos acá alguien de la familia o algún amigo nos ha venido a visitar y eso nos encanta, porque podemos compartir con ellos un poco de nuestra vida de acá y pueden conocer lugares y costumbres nuevos”, asegura.

Por último, cuenta que en Atlanta tiene muchos amigos, que varios son argentinos y que está bueno porque siguen manteniendo las costumbres del país.

“Nunca falta el asadito con fernet, un buen malbec mendocino y empanadas. Siempre nos juntamos a festejar el día del amigo, el 25 de Mayo. También tenemos amigos estadounidenses, chilenos, colombianos, dominicanos, brasileños, mexicanos.

Lo bueno de conocer gente de otros países es que también hemos adoptado algunas de sus costumbres, comidas o bailes. Por eso nos gusta mucho esta ciudad, por la gran diversidad cultural que hay”.

Enlace: http://www.losandes.com.ar/article/la-biologa-que-investiga-posibles-brotes-de-botulismo-en-eeuu

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