lunes, 23 de enero de 2012

ROCANROL Y DICTADURA MILITAR EN RIVADAVIA

(REPRODUCCION NOTA PUBLICADA POR Agencia Regional de Noticias. Firma: Nazareno Nacho Panella)

Más Sobre el Símbolo del Rock Menduco-Esteño

Entregamos la segunda parte de la nota Periodismo “cantado”, entrevista a Carlos Calderón, el “Papa” del Rock Chacarero.
Segunda parte

El músico


Día 3

Nazareno Panella: Carlos…

Carlos Calderón.: Hola Nacho…

N.P.: Tengo una inquietud...

C.C.: ¿Qué será?

N.P.: ¿Por qué será que a todas las bandas del Este les faltan siempre cinco pal peso? ¿En dónde fallan?


C.C.: Las dificultades son el deporte de quienes les gusta joder a la cultura roquera local.


(A partir de aquí decidí enviarle a Carlos Calderón varias preguntas para que se tomara el tiempo que creyera necesario para mandar las respuestas, sin tener que contestar con la inmediatez del chat….)

N.P.: Puede ser, pero también me parece que dificultades hay en todos lados, el tema está en ver cómo sobrepasar esas complicaciones y es ahí en donde fallan los proyectos…

C.C.: Todo los emprendimientos, todos los proyectos van aprendiendo a partir de sus pasos propios. Requieren del tiempo para encontrar el modo en que la dificultad se abra a la virtud. La dificultad es un viejo sabio que se presenta sonriéndonos y señalándonos que somos poseedores de una habilidad particular y nos invita a tomar el mando con gracia y tacto. Eso por un lado, en aquello que concierne a cualquier proyecto: banda musical o cualquier emprendimiento personal o grupal. Por otra parte están los obstáculos institucionales. Por ejemplo aquellos que se relacionan con las instituciones que están para servir a sus contribuyentes o adherentes, según se trate de carácter político, religioso, sindical, empresarial… Aquellos que se sirven usufructuando y malversando valores asignados, dándole destinos mezquinos y maliciosos, discrim inatorios…en detrimento del progreso para el cual fue creado. Por ejemplo y refiriéndome a hechos reales y concretos en cuanto a nuestra historia cultural y artística local. En tiempos de la dictadura militar Argentina, cuando ya componía canciones y tenía iniciativas en el campo de la cultura hablé con el entonces intendente de Rivadavia: Naser Mansur. Le pregunté acerca de la veracidad y disponibilidad de fondos que los contribuyentes aportaban a la comuna para esta finalidad. Me confirmó la existencia y disponibilidad de esos dineros para tal fin. Lo puse en conocimiento de numerosos jóvenes que cultivaban diversas artes y le pregunté por qué razón no se disponía de esos fondos en nuestros artistas. Me dijo: “Mire jovencito, los que hacen arte lo hacen por amor al arte. Usted lo hace por amor al arte. No necesitan dinero, es sólo por amor al arte”, me lo reiteró tres veces. Me quedé mirándolo a los ojos y él me sostenía la mirada, mientras para mis adentro me decía: “Estoy hablando con un turco administrador y no con un conocedor del arte, mucho menos estoy hablando con un roquero rivadaviense”. Nos saludamos cordialmente y cada uno se fue con lo suyo. Paralelamente, me había acercado al sindicato de músicos de Mendoza. Con varias dificultades logré que me atendieran, les reclamé su presencia en Rivadavia para cumplir los objetivos que le compete a esa entidad ante los artistas de mi ciudad. Las miradas que recibía eran de algunas sonrisas, por un lado; y por el otro gestos de “a este qué le pasa”. Insistí y de ahí me fui con un carnet que el sindicato me dio como su representante local. Visité a varios músicos y bandas de distintos géneros –entre ellos “Los Tauros” y otros- para pedirles que me apoyaran, que de ese modo yo iba a conseguir obra social y más garantías para que en nuestros locales, cines y pistas de baile estuviesen presentes nuestros artistas: tocando, trabajando y cobrando cada cual lo suyo. La misma gestión hice con SADAIC Mendoza y Rivadavia. Todo esto lo hacía con una copia de una normativa de ley que amparaba a la cultura local.

N.P.: ¿Cómo era tocar por aquellos años? ¿Qué lugares había?

C.C.: Ya que aún no había lugares para tocar, en mi caso y como solista, los amigos y luego los amigos de los amigos nos reuníamos en la Plaza de Rivadavia -lugar hermoso-, el Lago Municipal, la Hostería del Lago... Luego, como de a poco la presencia musical con canciones propias se iba extendiendo a través de los comentarios y junto a ello la aparición de las llamadas por entonces confiterías o bares donde los estudiantes se reunían a compartir algunos tragos de gaseosas o, en menor medida, cervezas como fueron, por ejemplo, el bar Coquena Estaño, al lado del Cine Ducal y la confitería de la Galería Centorbi fueron convirtiéndose en locales donde los músicos comenzábamos a sonar. Por otra parte, y un poco más adelante en el tiempo, con “Gaviota Feroz” la apuesta de hacer del rocanrol una cita musical abierta a más gente de todas las edades, con familias incluidas y mateadas de por medio, no sólo para público rivadaviense, sino de Junín, San Martín, Palmira fue tomando cuerpo y para los conciertos roqueros rivadavienses comenzamos a alquilar grandes salones como fueron Casa D´Italia, el Club Agustín Álvarez y actuaciones en el primer piso del Cine Ducal.

N.P.: ¿Y durante la dictadura? ¿Tenías alguna banda por esa época?

C.C.: Gaviota Feroz. Gaviota Feroz fue el despertar del poder de la libertad en plena dictadura militar. Cuando todo era silencio, miedo subterráneo, bocas cerradas, ojos que miraban para todos lados sin entender qué estaba sucediendo, búsquedas de respuestas y explicaciones que nadie tenía respecto de qué se respiraba en el aire, espacios vacíos, sonrisas y alegrías ausentes que iban endureciendo los cuerpos, los rostros, apagando la vida e instalando el terror por la ausencia de las reuniones de amistades en las calles y en las esquinas. Esos actos cotidianos nuestros que se esfumaron en seco; mientras que, paralelamente, la presencia de las recorridas policiales que ya eran apéndices de las fuerzas militares cambiaban nuestras vidas y nuestros paisajes solidarios y de pueblo con posturas y tonos que nuestros cuerpos y mentes las recibían con las percepciones que hoy conocemos técnica y políticamente como el terrorismo de Estado. En un escenario de dictadura militar nació Gaviota Feroz, creando el escenario de la libertad y de la expresión a través del arte. Fue así como los conciertos roqueros rivadavienses se transformaron en centros de exposiciones de artistas plásticos de todo el Este chacarero e incluso venían artistas de la capital mendocina. Con Osvaldo “Ciego” Giménez en el bajo, Pablo Domínguez en la batería y yo en primera y segunda guitarra vivíamos a pleno la satisfacción de tocar canción tras canción rodeados de cuadros, pinturas, artesanías, cuentos, en cada concierto hecho a pulmón. Rostros colmados de satisfacción por el sólo hecho de compartir cada obra artística, creada con horas, días de dedicación, estudio, superación diaria: trabajo, trabajo y trabajo para obtener esa obra auténtica y personal. Las tareas de inteligencia y de filtración por parte de las fuerzas represoras no fueron ajenas en los conciertos así como en ensayos de Gaviota Feroz. Me constan las recorridas en bicicleta o a pie de policías vestidos de civil haciéndome seguimientos por mi domicilio particular, por los lugares de ensayos y por las calles cuando me dirigía hacia algún lugar. En principio lo atribuía al hecho de tener una mayor responsabilidad como formador, organizador y de liderar Gaviota Feroz, aunque no descarto que igual suerte hayan tenido Osvaldo y Pablito en cuanto a los seguimientos policiacos. Recuerdo que durante una actuación en Casa D´Italia en el momento en que habíamos comenzado nuestro concierto ingresó un grupo de policías uniformados, se situó en el fondo contra la pared mirando con rigidez hacia el escenario. Dejamos de tocar y por el micrófono les dije que la policía era bien recibida en este concierto roquero ya que es para disfrutar y bailar rocanrol. Que si iban a bailar con nosotros se podían quedar…de lo contrario les pedía que se retiraran. Los policías se fueron y el concierto continuó. En esa ocasión participaron otros músicos y chicas cantantes acompañadas por sus familiares para compartir arte y libertad. Esta es una descripción de un pasaje de la vivencia del roquero chacarero en tiempos de la dictadura militar en nuestro querido Este mendocino.

N.P.: Me imagino que si hoy todavía es complicado editar algún material, antes debe haber sido algo casi imposible…

C.C.: Por aquellos tiempos, era prácticamente imposible tener un instrumento. Formar una banda implicaba que el bajista tuviese la suerte de conocer a otro que no estuviese tocando y que además fuese lo suficientemente generoso de prestarle el instrumento para los ensayos y después para la actuación. Lo mismo que el guitarrista y ni te cuento con relación al baterista. Y si tenías la mala suerte de que se te rompiera una cuerda o un parche, chau. Olvidate. El mismo derrotero había que hacer para conseguir los bafles, el cabezal, el micrófono. Todos los equipos para sonar. Todo era caro. Con este panorama, ¿Editar el material de la banda? ¡¡¡¿Lo qué?!!!. Seguí soñando… Ingresar a un estudio de grabación…ni hablar. Con mucha suerte, entre varios, incluyendo a familiares además de amigos tenías que contar con la buena voluntad de todos ellos para juntar el dinero necesario para grabar uno o dos temas. Sólo la grabación. Nada de discos o casetes en esos tiempos. Nada. La grabación única y pelada de uno o dos temas. Las horas del estudio te salían un fangote de dinero. A esto tenías que sumarle la picardía del dueño del estudio o del mezclador con el cuentito de “vamos de nuevo que salió mal”, versito que le sumaba dinero al único que ganaba: el del estudio de grabación. Hoy es más fácil. La tecnología está de nuestro lado. Con una computadora contás con programas en los cuales podés editar tu propio material, e incluso videos. Programas que son por sí solos estudios de grabación, muchos de ellos incluso contienen instrumentos virtuales: teclados, vientos, percusiones, cuerdas… Podés crear numerosas pistas para grabar en cada uno de ellos los diferentes instrumentos. Luego hacés las mezclas, le agregas la voz o las voces… Podés llevar adelante tu material hecho de modo independiente, realizar las cantidades de copias que quieras. El hecho de editar tu propio material es, para mí, mucho más factible hoy. Por un lado porque contás con la tranquilidad de que podés hacerlo a tu modo y gusto por una parte; y por la otra, en términos económicos y de disponibilidad de tiempo son más fáciles de organizar.

N.P.: Aparte de Parenalila, con la que tenés gran cercanía, ¿Qué otras bandas o solistas del Este te parecen interesantes? Aunque ya no estén en actividad…

C.C.: Primero le rindo mis mayores de los respetos a todos los integrantes del “Grupo de Expresión NOSOTROS”, de San Martín. Todo el reconocimiento para ellos por el hecho de haber formado a un conjunto de pluralidad artística estable, donde la integraba una treintena de personalidades del arte local. Si bien yo tuve mi paso por esta fantástica experiencia integrando el grupo eléctrico de “NOSOTROS”, aportando composiciones propias y tocando la primera guitarra, recorriendo salones en San Martín, Palmira..., para mí ellos conformaron la primera experiencia comunitaria artística, y la única, del Este mendocino. No tengo conocimiento de la existencia de otra comunidad del arte en toda la provincia de Mendoza. Gran mérito la del “Grupo de Expresión NOSOTROS”. Por otra parte, desde mí, y reconociendo no haber conocido otras bandas, de las cuales seguro que las hay y muy buenas, mis mayores emociones me las dan dos de ellas: “Parenalila” y “Raivan Pérez”. Afortunadamente, en la red podemos disfrutar sus canciones. Estos videos que están al alcance de cada uno de nosotros me eximen de los mejores de los comentarios que yo pudiese pronunciar sobre ellos. Por supuesto que está hecha la invitación a colocar en cualquier buscador de la red sus nombres para acceder a estos característicos roqueros chacareros menducos. A disfrutarlos. También quiero aprovechar esta oportunidad para pedirles a todos aquellos que tengan grabaciones de conciertos de los grupos locales de ayer y de hoy que los suban a la red y que, por las vías que sean, las pongan en conocimiento …porque se trata, nada más y nada menos, que de nuestra historia roquera local.


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ARNDiario (San Martín - Mendoza)


http://www.arndiario.com/notas/ver/id/7103/2012-02-21/Maacutes+Sobre+el+Siacutembolo+del+Rock+MenducoEstentildeo+

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